Dios con Él, Dios con nosotros
… cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. (Hechos 10:38)
La historia de Navidad está escrita en toda la Biblia. Conocemos los pasajes en las Escrituras que normalmente asociamos con la Navidad, como Lucas 2, Mateo 1 y Isaías 7 y 9. Si abrimos nuestros ojos, podemos ver la Navidad en casi todas partes.
Creo que podemos ver la Navidad en Hechos 10:38. En Hechos 10, Pedro viajó a Cesarea para responder a la investigación de un romano militar llamado Cornelio. El centurión Cornelio era un gentil, pero honró al Dios de Israel, y fue contado entre un grupo de gentiles conocidos como “Temerosos de Dios”. Dios habló con Cornelio y le dijo que mandara por Pedro para que el apóstol le contara las buenas nuevas, y Pedro vino.
Cuando Pedro explicó la vida y obra de Jesús a Cornelio y sus asociados, usó la frase registrada por Lucas: cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él (Hechos 10:38).
Lo que Pedro dijo era cierto: Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús, comenzando (humanamente hablando) cuando por un milagro Jesús fue concebido en el vientre virgen de María. Mateo 1:18 dice que se halló que había concebido del Espíritu Santo. Humanamente hablando, la obra del Espíritu Santo comenzó cuando Jesús fue concebido en María cuando ella estaba en Nazaret.
Pedro también dijo que Jesús fue ungido con poder. Este poder fue evidente en la primera Navidad. Pensamos que no hay nada menos poderoso que un bebé recién nacido, y en este sentido, Jesús eligió venir de una manera que comparta nuestra debilidad. Sin embargo, incluso cuando era un bebé, Jesucristo tuvo el poder suficiente para atraer anuncios angelicales y la proclamación gozosa de los pastores.
Como dijo Pedro, en la vida y ministerio de Jesús, Él anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo. Jesús hizo esto en Su asociación radical con la humanidad enferma y oprimida. Jesús mismo nunca pecó de ninguna manera, pero vino como un hombre entre la humanidad herida, y eso quedó claro por la forma en que vino en todas las circunstancias que rodearon Su nacimiento en Belén.
Pedro también dijo algo maravilloso de Jesús: que Dios estaba con él. En conexión con la Navidad, no podemos escuchar esa frase sin pensar en la promesa de Isaías 7:14, que el Mesías nacería de una virgen y le pondrían por nombre Emanuel –“Dios con nosotros”–. Dios estaba con él y la venida de Jesús comprueba que Dios también está con nosotros.
¡Alégrate hoy, pues Aquel con el que Dios estaba también es con nosotros!
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